Siempre que eres nuevo en un trabajo, recuerdas cada mínimo detalle del primer día. Los puestos de trabajo en dónde se sienta cada compañero, la ropa que lleva puesta, y las conversaciones que entablas esos días. Yo tuve suerte y entré entre una nueva remesa de novatos para el nuevo proyecto que acababa de empezar. Quince días antes habían entrado otros diez.
El grupo de trabajo era multicultural, y cada uno tenía su “no sé qué” importado de su propio país. Me sorprendía algunos comportamientos de una zona de países. Muchos llegaban con casi lo puesto a China y esperaban con ansia que les pagaran la nómina. Los primeros días en China tienes muchos gastos y algunos te pedían dinero prestado sin casi conocerte. Tu padre, tu madre, tu hermana, incluso tu
abuelo son los que te pueden prestar dinero – excluyendo los bancos – pero prestar a un amigo y menos a un conocido, ten por seguro que perderás el dinero y al “amigo”.
Comida china en un restaurante chino
A parte de eso, también recuerdo los primeros días de comida entre los compañeros. Las mesas de los restaurantes chinos son redondas con un cristal giratorio en el medio en donde se ponen los platos y vas picando. En la cultura china, es muy común comer entre muchas personas. Es muy extraño y se ve mal comer tú sólo. Así que, un grupo de doce personas nos reunimos para comer, a las 12h, en el restaurante de al lado de las oficinas. Un chino, el jefecillo, nos ayudó a pedir los platos. Pedimos diez, doce, algo así. En China, los platos son para compartir, por lo que las raciones son grandes. En esto, que un checo, que comía como una lima, se pidió otro plato de tallarines (45 rmb) para él sólo. Nos dieron la cuenta y lo dividimos entre doce personas. Normalmente suele salir 25-35 rmb cada uno.
Al día siguiente, hicimos lo mismo. Fuimos al restaurante, pedimos los platos y el checo se pidió otro plato de tallarines para él sólo. Cosa que ya me empezaba a hinchar, pero los primeros días tienes que caer bien a la gente.
En esto que estuve pensando, que está forma de descaro que tenía el checo en comer semigratis a costa nuestra era bastante racional. Incluso la fórmula de pago, dividiendo el total entre el número de comensales era muy óptimo para los restaurantes.
Al tercer día, hicimos el mismo ritual. Ir al mismo restaurante y pedir los platos. Y el checo con sus tallarines. Ahora, que cuando llegó la camarera para darnos la cuenta, le dije que apartara la cuenta de los tallarines a parte. El checo tendría que pagar los 45 rmb de tallarines más la división de los platos compartidos. Me miró mal pero no estaba dispuesto a pagarle la comida durante un año. Su parte se incrementó en 80 rmb, cosa que le debió de doler.
Pero el checo no hizo nada malo, sólo actuó racionalmente. Se pedía un plato para él sólo de 45 rmb y a nosotros sólo nos incrementaba la cuenta en 3,75 rmb cada uno. Es decir, el checo le daba un valor a su plato de tallarines de 45 rmb y sólo pagaba 3,75 rmb. Esto es totalmente lógico.
No siendo tan descarados como el checo, todo el mundo hace esto cuando comemos entre amigos y repartimos la cuenta. En una comida en donde se comparten los platos, los que comen más amortizaran más el precio de los platos que los delgados que comen menos. Vaya por delante que a mi no me gusta la comida china. De los diez o doce platos que pedíamos, sólo me gustaba tres, mi cuenco de arroz y la coca cola. Así que, yo era de los que más perdía.
¿Y por qué esto le favorece a los restaurantes chinos?
Primero inconscientemente – en el transcurso del almuerzo – y segundo conscientemente – al recibir la factura – , te das cuenta que hay que ser más listo si ves que lo que has comido y lo que te cuesta la comida no hace justicia. Aprovechando el caos que siempre te brindan los grupos para cualquier cosa de la vida, nadie te va a echar en cara que te pidas una cola cola de más, otro cuento de arroz, u otra cervecita. Total son sólo 1 rmb de más para cada uno. Claro, que no hay que ser tan jeta como el checo y pedirse un solomillo con patatas. Si pides cosas pequeñitas que no suponga un gran coste para el grupo, ni se darán cuenta. Pero este pensamiento racional también lo tendrán los restantes comensales que se pedirán, otro arroz, botella de agua, etc. Cada uno pensara que no es gran cosa en el total de la cuenta. Y todos esos pensamientos racionales irán directamente a la caja registradora del restaurante que es la que se beneficia de todo esto.
La forma de pago perjudica al grupo y beneficia al restaurante chino. Si cada uno pagara justamente por lo que ha comido, no se llegaría a la situación de “guerra armamentística” por ver quien es el más pillo.
Pero hacer eso es muy difícil en China porque es imposible calcular cuantos trozos de carne, granos de arroz, tragos de coca cola has bebido y comido.
Sólo pasa en Asía
Por el tipo de comida y por aspectos culturales, esta forma de pago es la única forma óptima. En los restaurantes occidentales hay primer, segundo plato y postre. Lo que llamamos “menú” con un precio establecido. No se comparte comida ni cuenta.
Pero la comida china es diferente. Es más elaborada, complicada de cocinar. Un compañero chino de piso me dijo que la comida china era muy difícil de cocinar y por eso los chinos les sale más barato ir a un restaurante chino a comer que hacerse la comida en casa.
Así que, si sumamos esta última razón con la forma de pago en grupo, es normal que en toda China esté plagado de restaurantes chinos.
Deja una respuesta