El verbo “achinar” se está poniendo de moda entre los empresarios españoles cuando hablan sobre China. Hay que achinar nuestros productos y servicios para atraer a clientes y turistas chinos. Tienen que comprar nuestros artículos, visitar nuestras ciudades, comprar nuestros servicios,…, hay que hacerlo como sea. Y ese “como sea” nos lleva a que conjuguemos el infinitivo de achinar por achinémonos o achineando que es gerundio.
Achinar para vender a los chinos
Según la RAE, achinar significa; dar rasgos o características semejantes a las de los chinos (naturales de China).
Y eso es lo que quiere el profesor del ESADE Manu Sánchez Monasterio en una entrevista en el diario El País.
Básicamente, la idea del profesor es orientalizar nuestros servicios para atraer turistas chinos. Los últimos datos que se tienen son que en el 2013 visitaron España unos 200.000 chinos. Las autoridades quieren elevar esa cantidad hasta un millón en los próximos años.
Puedes moldear tu producto para venderlo en el mercado chino. Le pones nombre chino con caracteres chinos, algún detalle del producto y todo listo. La Coca Cola cambia ligeramente su fórmula según en la zona en dónde se beba, región africana, asiática, occidental, etc.
Otra cosa es que en España se tenga que achinar la tortilla de patata para atraer a 100.000 turistas chinos más. Eso es absurdo. Si algo le sobra y no le va a faltar a España son turistas. 60 millones de personas visitaron España el año pasado. Ingleses, alemanes, franceses, rusos,…, y sin cambios en la sociedad española para que vengan.
Aquí podéis ver cómo se comportan los turistas chinos fuera de China. Muy fuerte.
Tengo dos traumas de mi estancia en China:
La primera es el sonidito del click, click, del cortaúñas. Oía ese ruidito en todos los rincones de China. Me perseguía. Ese sonido lo oí en la biblioteca, tiendas de comida, comedores, en clase, en el Mcdonald, en el metro, en el autobús, el conductor de taxi,…, y ahora no soporto ese puto ruidito.
Y el segundo trauma son los tallarines en bote. Los que se venden, especialmente, en los trenes. Son muy populares para comer dentro de los trenes chinos. Vienen crudos y lo único que hay que hacer es echarle agua hirviendo para que se ablanden. Yo que he viajado mucho por China en tren los conozco bien. Me da arcadas su olor, ver como se comen e incluso solamente ver el bote de tallarines. Ahora Gallina Blanca está intentando vender este tipo de producto en España. Incluso lo anuncian por televisión. Uff, no puedo macho.
¡¡Queremos turistas chinos!!
Creo que la fiebre por la atracción de turistas chinos se nos está yendo de las manos. Hace creo que un año, fui a la conferencia de inauguración de la nueva, no sé qué es todavía, Cátedra China y el fundador-director, de esta Cátedra, Marcelo Muñoz Álvarez nos relataba una pequeña conversación que le habían contado;
– Alto funcionario español; queremos conseguir, de aquí a cinco años, el millón de turistas chinos en España.
– Diplomático chino; y ¿por qué sólo un millón? ¿por qué no dos?
O por qué no treinta y ocho, pensé yo. Puestos a pedir. Marcelo nos explicaba que los chinos siempre piensan en grande y que no se conforman con poco.
¿Por qué no atraer a un millón de turistas japoneses?, ¿hindúes, brasileños,…? Claro que cuantos más mejor, pero lo cierto es que España no necesita a los chinos para sobrevivir. No hay que cambiar el color de la paella a blanco o empezar a comer con palillos para que vengan los chinos a España.
De hecho todo lo contrario. Una de las sinólogas más importantes de España y la que más sabe de China, vamos una top como diría François Gallardo, nos dijo en clase lo que le pasó a un alto diplomático nórdico, creo recordar; en una cena con empresarios chinos y altos funcionarios, el diplomático le dijo a su mujer que nos comportaríamos como lo hacen los chinos, mismos modales y gestos, para no ofenderles. Los chinos se dieron cuenta y les hicieron perder la cara a los nórdicos. Perdió el respeto de los chinos por no conservar o comportarse con la educación de su país de origen.
La moraleja de esto es, que lo bonito es conservar tus rasgos culturales, comportarse con respeto y no querer aparentar lo que no eres por agradar a alguien, ya sea a unos chinos en una cena o a un millón de turistas chinos.
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Teresa says
¡Hola, Diego!
Estoy de acuerdo contigo en que no hay que «achinar» los servicios que ofrecen las empresas de turismo para atraer más turistas chinos. Porque, por ejemplo, cuando yo voy a China lo que quiero es comer comida china y tener una experiencia auténtica, y creo que la mayoría de los chinos que viajan tan lejos de su país quieren lo mismo. Entiendo que siempre viene bien si se les ofrezca algo de su comida, o información en chino, pero tampoco hay que llegar a extremos como los de la cena esa que comentas.
Por otro lado, creo que atraer turismo chino es algo bueno, España ya tiene turismo, pero ¿por qué no atraer más? El turismo en China va a ir aumentando cada vez más y es algo que no se puede ignoarar, ¡para algo que nos da dinero en este país!
Y por cierto, me ha hecho mucha gracia lo de los clic-clics y los fangpianmian, el trauma que yo me llevo de China son los gargajos, que asco, ¡por el amor de dios!
Un abrazo,
Tere
Diego Quiñones says
Gracias por el comentario Teresa.
sborto says
Hola Diego, buena reflexión, la verdad es que no nos vendría mal un poco más de turistas chinos (no de grupos con banderita claro), en general gastan mucho y se comportan relativamente bien. El problema no esta en anchinar España sino más en promocionarla. Los turistas chinos van en masa a París, Roma, Milán, Londres, etc.
pero pocos vienen a España, y es por la simple razón que España llega siempre tarde y mal, los chinos no saben nada de España más que toros y fútbol y recientemente la crisis de la deuda y que nos reímos de ellos en televisión. De hecho hasta ahora nuestro mejor embajador ha sido Woody Allen (con una película bastante lamentable en mi opinión).
Italia,Francia y otros países de nuestro entorno han hecho mucho mejor trabajo de promoción y eso se nota en turismo, negocios e incluso con estudiantes (una gran fuente de ingresos para las universidades).
saludos