A medida que la sociedad china se hace rica, van encaminados a comportamientos racionales. Justo todo lo contraria a donde tendrían que ir; empatía y solidaridad.
He leído varios artículos, no lo creía pero ya son muchos. Los timos en China son a diario ya no sólo hacia los extranjeros sino entre los propios chinos. Una cosa es que te hagan el “timo del té”, cobrarte más en los taxis, y otra cosa es que te timen por haber ayudado a una persona.
Es lo que ha vuelto a pasar en China. Acciones que ya no son puntuales sino que se han convertido en costumbre general entre la población china.
Sabemos otro caso más, gracias a las redes sociales e internet. La estafadora, una mujer de edad media, y el pringao, un laowai de los miles que hay en Pekín. El extranjero de nacionalidad desconocida aparca su moto al ver a una mujer china que se había caído. Él ayuda a la señora al ver que nadie lo hacía. El pobre no se preguntó por qué nadie la auxiliaba. Todo el mundo se sabía el final menos él. La angelical mujer se levantó y empezó a acusarle de haberla atropellado y de romperle una pierna. Le exigía implícitamente una cuantía por los daños y perjuicios.
Podéis ver la escena del pobre chaval. Además del susto, además de que todos los chinos le hicieron un corrillo, además de que la policía se quedó con su moto sin licencia ni matrícula,…, le tuvo que pagar a la mujer 1.800 rmb. Y todo eso dando como resultado en el hospital que la pierna, supuestamente fracturada, de la mujer estaba más sana que un joven de 15 años.
Una sociedad Homo Oeconomizada
La economía es una ciencia social que pretende explicar los comportamientos humanos, quienes son, cómo se comportan en un entorno económico. Dentro de los tipos de seres humanos, el Homo Oeconomicus, desarrollado por los economistas Neoclásicos u ortodoxos, son los más bajos moralmente. Son seres racionales dotados de una capacidad para el raciocinio perfecta, con voluntad ilimitada para perseguir su objetivo que es su propio interés privado.
El Homo Oeconomicus está dotado de una propensión a intercambiar, trocar o comerciar.
Si sólo hubiera este tipo de homo, los trabajos de los economistas sería fácil a la hora de predecir el comportamiento económico y social de los humanos. Pero la cosa se complicó a partir de mediados del siglo XX cuando otra rama, la psicológica, empezó a entrar dentro del mundo de las ciencias económicas. Parece que los humanos no somos tan racionales sino también emocionales. Ni su voluntad ni su egoísmo es tan ilimitado como los homo oeconomicus.
Análisis Coste-Beneficio
La señora que fingió un atropello por un “diablo extranjero” tardó “cero coma” en hacer un perfecto análisis coste-beneficio de la jugada. El beneficio sería el dinero que obtendría de esa situación acusando al extranjero de atropello. Queriendo sacar el máximo de dinero posible utilizando la amenaza de demanda y uniendo a la masa en contra suya. El precio lo marcaría la situación económica del “primo” pidiendo mucho si tiene pinta adinerada. El egoísmo y el beneficio privado de la timadora aumenta conforme más alto sea el nivel social del timado. Una victima pobre no compensa. Y los extranjeros en China se les ven con dinero. Los auténticos homo oeconomicus lo tienen muy claro. Una cuantía de un mes de renta de habitación sería un punto óptimo.
Por el otro lado, están los costes de esta operación. Una persona con sentimientos podría intentar hacer el mismo timo. Un timo, repito, más cruel que otros ya que estás acusando a un tipo que te tiende la mano para ayudarte. La persona con sentimientos tendría un coste psicológico; no dormir bien, remordimientos, mala conciencia. El homo oeconomicus carece de esos sentimientos, sólo busca su beneficio personal. Nada gana poniéndose mentalmente en el lugar del otro.
El comportamiento de la mujer, responde a un cálculo racional dónde su beneficio es mucho y su coste es cero.
Una sociedad menos solidaria
Ahora bien, después de este análisis economicista, hay que decir que solamente el homo oeconomicus busca su máximo beneficio sin importarle lo que le pueda pasar al resto. “El resto” intenta defenderse convirtiéndose en otro oeconomicus. Es como un virus que se extiende en toda la sociedad. Desgraciadamente, la sociedad china va camino de no “fiarse” del vecino. Hay muchos casos en los que los buenos samaritanos salen perjudicados, acusados y quién sabe si condenados por cosas que no han hecho.
Hace dos años que varios transeúntes y furgonetas pasaron por encima de un bebe en una calle. Nadie hizo nada. No vaya a ser que hubiera algún oeconomicus escondido esperando a que llegara un buen samaritano.
*El extranjero que tuvo el accidente de moto fue finalmente deportado días después por las autoridades chinas.
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